Segunda Exhibición General de Karate junto a la Torre de la Calahorra
Sábado, ocho de junio. A las ocho y media en punto de la tarde. Otra vez, un año apenas pasado como un soplo, al pie de la Torre, junto al río. Un ejército de blanco inmaculado en formación. Respeto y silencio de grandes ocasiones. La voz del maestro César Martínez rompe el aire. El último consejo. Ánimo y aliento. El saludo profundo de esa máquina perfecta que son 300 karatekas preparados para dar lo mejor.
El río no contiende con nadie, dando un rodeo esquiva la montaña, humildemente pasa por debajo de la roca; pero nunca deja de llegar a su destino ni de cumplir su misión. Así es el “DO”, así es el karate: no puede retenerse: como el agua, se nos escapa entre las manos; encerrado se corrompe y nuestra perdición es segura. El karate fluye, si lo entendemos y lo vivimos, nos alimenta y nos da vida, como el agua. Sus valores: respeto, honor, compasión, rectitud, humildad, compañerismo, amistad… son los nuestros. Entonces somos karate.
Ahí están, sobre el tatami, los 300. Son karate. Son concentración, entrega, generosidad, amistad, sobre todo encuentro. Su único grito se deja sentir en el aire. Lo han vuelto a hacer. Acaba de comenzar la Segunda Exhibición General que los clubes de karate de toda la provincia de Córdoba regalan a su ciudad y a sus gentes. Y esta vez el Club Hon Ken de Sevilla, con su maestro José Herrera a la cabeza, es uno más, un abrazo más en una sola voz.
Un público masivo y entregado ocupa las gradas, se agolpa junto a las cintas que bordean el tatami para no perderse nada, o forma en hilera interminable a lo largo del puente; rompiendo en un aplauso unánime a cada actuación, a cada ejercicio. Los maestros, con su experiencia y sabiduría, los cinturones marrones y negros y su despliegue de técnica, los niños que lo llenan todo de risas frescas, y los karatekas más especiales, esos que ocupan por derecho propio el hueco mejor en el corazón de todos.
El karate es olímpico. Por fin el karate va a ocupar el lugar que le pertenece en esa maravillosa celebración deportiva y cultural de hermandad en Tokio 2020. Por fin el movimiento olímpico va a poder disfrutar los valores únicos que sólo el karate le puede aportar. La cita de París 2024, inexplicablemente, será un paréntesis; pero el karate volverá al programa olímpico, sin duda. El olimpismo comprenderá, tras la irrupción arrolladora que va a suponer Tokio, que no puede permitirse prescindir de un deporte y una forma de vida así: salud para el cuerpo y la mente, energía, respeto y disciplina, compañerismo, amistad. Valores del deporte y valores universales. Los valores de la vida.
Lo han vuelto a hacer, el karate y las artes marciales. Los clubes de karate presentes de toda la provincia de Córdoba mostrando lo mejor de su práctica y las demás artes marciales, cuyas federaciones han trabajado codo con codo en este festival Riomundi. Tras el karate, el kickboxing de nuevo llena el tatami. Un día antes, esta vez sí, ha habido dos exhibiciones más, de judo y taekwondo, con un magnífico nivel dado su arraigo en Córdoba. Todos juntos, un solo ser, lo han hecho, lo han vuelto a hacer. Córdoba. Andalucía. Orgullo.
Redacción y presentación del evento: Álvaro Cid
Fotografía: Mamen Aguera
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